Sobre el racismo y la xenofobia en España

Publicado: 18/03/2013 en Actualidad, Derechos Humanos, Racismo y xenofobia, Varios

El próximo 21 de marzo se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial. Se eligió este día porque un 21 de marzo de 1960 en Sharpeville (Sudáfrica) la policía mató a 69 personas en una manifestación pacífica contra el apartheid. Seis años después la Asamblea General de la ONU instó a la Comunidad Internacional a redoblar esfuerzos para luchar y eliminar toda forma de discriminación racial.

Más de 50 años después, sin embargo, la discriminación racial no sólo no ha desparecido sino que el sistema capitalista en que vivimos, y el momento actual de crisis que atravesamos, parece que no ha hecho más que acentuar esa discriminación.

No hay más que irse a Grecia, donde el partido ultraderechista y xenófobo Amanecer Dorado obtuvo en las elecciones de mayo de 2012 21 diputados y el 7% de los votos. En las elecciones siguientes, un mes después, obtuvo 18 diputados y el 6,9% de los votos: quizás este leve descenso se produjo por la alarma surgida en Europa y el mundo a raíz de la presencia de grupos de ideología nazi en el parlamento. Sin embargo, la fuerza de este partido, creado en los años 80, no deja de tomar cada vez más fuerza: repartiendo comida entre personas necesitadas griegas de nacimiento, por ejemplo, y lo último: con la creación de “Médicos con Fronteras”, una red creada por el mismo partido para dar asistencia sanitaria a “griegos de pura raza” que han perdido la cobertura médica pública.

España, un país en el que el 12% de la población es extranjera, tampoco se libra de esta ola de racismo. En el informe de 2011 «Evolución del racismo y la xenofobia en España» se afirma que no se aprecia un aumento de los niveles de racismo en la población a partir del recrudecimiento de la crisis, ni una ampliación de los discursos contrarios a la inmigración se ha traducido en una mayor reivindicación de control migratorio; sin embargo la población exige cada vez más restricciones hacia las personas que solicitan asilo político. La población española ofrecen menos rechazo a las personas migrantes si éstas tienen trabajo o si saben adaptarse a las costumbres locales. Según el informe, son preocupantes los niveles de islamofobia en nuestro país. También se ve un leve crecimiento en cuanto a la opinión de que los inmigrantes tienen la culpa de las cada vez menos ofertas laborales así como del acceso a los recursos públicos («acaparan ayudas y no aportan»).

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Uno de los hechos más denunciados en los últimos años por las organizaciones sociales es la realización de redadas policiales en las que se pide documentación a personas “aparentemente” inmigrantes. ¿Cómo los detectan? Por sus rasgos raciales. La Organización Open Society Justice Initiative denunció en un informe el pasado mes de enero ante Mutuma Rutureere (Relator Especial de Naciones Unidas sobre las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial y xenofobia) que la policía española realiza identificaciones y controles a personas “que no parecen españolas”.

En julio de 2009 el Comité de Derechos Humanos condenó a España por violar el artículo 5 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y determinó que no pueden llevarse a cabo controles de identidad basados tan solo en las características físicas o étnicas de una persona. Se trata del caso Rosalind Williams contra España, representado por Open Society Justice Initiative, Women’s Link Worlwide y SOS Racismo Madrid. Los hechos que ocasionaron esta denuncia ocurrieron en 1992, cuando Rosalind Williams, ciudadana afroamericana con nacionalidad española, fue parada en la estación de tren de Valladolid por la Policía Nacional para ser identificada. La demandante preguntó que por qué sólo se lo pedían a ella y no al resto de su familia (de aspecto caucásico) el policía explicó que cumplía órdenes de identificar a personas que por su apariencia física pudieran estar de forma ilegal en España (ver sentencia aquí).

Sin embargo, según esta organización civil, en 2011 la Policía Nacional llevó a cabo 8.773.862 controles de identidad basándose por lo general en características étnicas. Así lo denuncia también la organización Brigadas Vecinales de Observación de Derechos Humanos, que trabaja en Madrid con el fin de visibilizar y denunciar los controles policiales y las redadas masivas a personas migrantes. En enero de este mismo año dicha organización presentó su II Informe sobre la situación actual de las redadas racistas, titulado “Cuando la vulneración de los derechos se normaliza: controles racistas 2011-2012”.

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Las Brigadas Vecinales de Observación de los Derechos Humanos denuncian en su informe que continúa dándose en España una “violación sistemática de los Derechos Humanos en forma de controles de identificación de las personas siguiendo criterios meramente discriminatorios, racistas, clasistas y xenófobos”.

El 21 de mayo de 2012 se publicó la Circular X/2012 de la Dirección General de la Policía que pretendía poner fin a estos controles discriminatorios, aunque según las Brigadas Vecinales, no fue más que un “intento de invisibilización mediática y social” de lo que en realidad sucede: una vulneración generalizada de derechos. Según esta organización, las redades racistas llevadas a cabo por los cuerpos de seguridad del Estado coartan la libertad de residencia y circulación de las personas así como el derecho de no discriminación, además de suponer un claro intento de vincular migración y delincuencia. En su cuenta de Twitter esta organización avisa públicamente y en tiempo real de las redadas racistas que se están llevando a cabo en diferentes sitios de Madrid.

También Amnistía Internacional ha denunciado públicamente la discriminación racial de las autoridades españolas. Según la organización, se ha detectado en nuestro país un alarmante incremento de actos discriminatorios en el ámbito laboral, educativo, de acceso a la vivienda o a lugares de ocio. Además denuncian un aumento de casos de torturas y malos tratos a inmigrantes por parte de agentes del Estado. En su informe de 2011 “Parad el racismo, no a las personas. Perfiles raciales y control de la inmigración en España” Amnistía Internacional denunciaba ya el hecho de que en España se dan sistemáticamente controles policiales a personas basándose en el color de su piel: “es una práctica discriminatoria. Es humillante. Y refuerza los prejuicios que asocian a las minorías étnicas con la delincuencia”, aseguran. Además, se dirigen directamente a las autoridades españolas para que detecten, denuncien y paralicen este tipo de prácticas: “las autoridades no pueden seguir negando el racismo que anida en el corazón de la moderna España multicultural, y deben actuar para acabar con él”.

En febrero de este mismo año se ha publicado el informe “Hay alternativas, no a la detención de personas migrantes”, 31 páginas de comentarios al borrador del Gobierno sobre el reglamento de los Centros de Internamiento de Extranjeros, en el que vuelven a denunciar una vez más la práctica de detención e internamiento de personas inmigrantes de manera arbitraria, generalizada e indiscriminada, como un medio de control migratorio.

Puedes descargar otros informes de Amnistía Internacional sobre el tema de la inmigración, el racismo y la xenofobia:

“Entre la desgana y la invisibilidad” (2008), sobre las medidas gubernamentales de los últimos años para abordar la lucha contra el racismo.

“Ceuta y Melilla un año después” (2006), sobre los acontecimientos de 2005 en los que murieron 13 personas intentando saltar la valla de Ceuta y Melilla.

“Frontera Sur” (2005), sobre los obstáculos que encuentran las personas que llegan a España a través de Ceuta, Melilla, Canarias y las costas andaluzas.

La organización Movimiento contra la Intolerancia publicó en su día una carta abierta a los eurodiputados y eurodiputadas que representan a España en el Parlamento Europeo instándoles a que se sumen a la campaña “Stop a la financiación del odio y del racismo en Europa”. Los partidos de ultraderecha europeos recibieron en 2012 alrededor de 400.000 euros de dinero público para financiar campañas racistas, denuncian. Advierten al mismo tiempo que la crisis es un caldo de cultivo para sembrar el odio, la intolerancia y los prejuicios contra los colectivos vulnerables, víctimas en muchas ocasiones de campañas de criminalización y persecución por parte de lobbys racistas.

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Otro punto a tratar sería el tratamiento que se da del tema de la inmigración en los medios de comunicación. El enfoque con que se abordan las noticias puede dar lugar a rechazo social hacia ciertos grupos étnicos, que no hacen más que fomentar el racismo y la xenofobia. El papel de los medios de comunicación es, como en casi todos los aspectos, fundamental para el imaginario social. En los últimos tiempos abundan los medios socialmente comprometidos que denuncian situaciones como la que viven inmigrantes en los CIES por ejemplo. De no ser por el papel que éstos llevan a cabo, el problema de la inmigración y la discriminación racial probablemente no hubiera llegado de la forma en que lo ha hecho a la mayoría poblacional.

Sigamos este camino, junto con el de la tolerancia y el respeto. Fomentemos cada persona desde donde podamos la cultura de la diversidad en un mundo multirracial, interconectado, plural. Un mundo inevitablemente más rico que ya no tiene vuelta atrás.

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