Ayer estuve haciendo unas gestiones por el centro de Madrid. Tuve que pasar por la calle Preciados, una de las más comerciales de la capital. Creo que debí cruzarme con unas treinta personas dedicadas a captar fondos para diferentes ONG. Y ese tema es el que me gustaría plantear hoy a modo de debate: ¿es realmente efectivo el trabajo de esta acción de fundraising?
Sé que estamos en tiempos difíciles para la financiación de proyectos de cooperación al desarrollo. Los fondos destinados a estas partidas son cada vez menores y alguna gente comienza a rechazarlos con la excusa de la crisis, el típico «primero para nosotros» del que ya hemos hablado en otro post. Sin embargo, también es una situación crítica para muchas personas (entre las que me incluyo) que cuentan con ingresos cero y no pueden permitirse en estos momentos hacer ninguna clase de donación. Comprendo que las personas que captan estos fondos a pie de calle tienen que hacer su trabajo, sin embargo, siento muchas veces como la gente les huye, corren despavoridas, sacan el teléfono para simular una conversación, la típica excusa de «tengo prisa»,… o simplemente les ignoran.
Otras veces, y hablo por experiencia propia, son los captadores quienes no muestran la sensibilidad adecuada. Cuando rechazas hablar con ellos porque sabes lo que quieren (aportación económica) y no puedes (y de verdad que no puedes), personalmente lo único que se me ocurre es decirles un amable «lo siento, no puedo colaborar». Al decir esto es cierto que la mayoría te responden con un igualmente agradable «gracias» y una sonrisa. Sin embargo, hay otros casos, los menos, que a mi entender deberían ser desterrados de la actuación de estos captadores. Respuestas como «qué pena, ser tan joven y no ser ecologista» (a voz en grito), «hay que ser más solidario», risitas o carcajadas con los compañeros cuando alguien rechaza colaborar, por no hablar de los que se te acercan diciendo que no hay que pagar nada y al final te confirman que evidentemente, la colaboración consiste en hacer una aportación económica.
Imagino que las ONG y las empresas de marketing que mayoritariamente hacen estas labores (no entramos ya en las condiciones laborales de las personas que captan fondos a pie de calle) habrán hecho estudios de rentabilidad y habrán visto que reportan beneficios. Sin embargo, creo desde mi humilde punto de vista de ciudadana tipo, que habría que repensar este tipo de fundraising, con el que mucha gente llega a sentirse incómoda por los métodos utilizados.
¿Qué opináis? ¿Qué métodos alternativos utilizaríais para captar fondos en la calle?